Real Seminario de Minería


Real Tribunal de Minería




Ordenanzas y comentarios

La explotación minera en México se hacía dentro del marco del cuerpo legal recopilado en los días de Felipe II conocido como las "Ordenanzas del Nuevo Cuaderno", al que se habían agregado multitud de disposiciones, cédulas y bandos que hacían de su aplicación una nueva dificultad que añadir a las ya existentes; el espíritu de las citadas "Viejas Ordenanzas", como también se llamaban, en nada se ajustaba a las realidades americanas, amén de que la técnica, en las dos centurias que tenía de aplicarse, había avanzado prodigiosamente.


En el plano estrictamente legal se hacía igualmente necesario el establecimiento de disposiciones acordes con la situación real de nuestras minas, adecuadas a los avances técnicos, jurídicos y sociales entonces alcanzados.


Antecedente valiosísimo de los cambios que vendrían, fue el estudio, profundo y docto, que sobre el estado de cosas de la minería mexicana realizó el brillante abogado don Francisco Xavier Gamboa, quien en sus Comentarios a las Ordenanzas de Minas analizó, discutió y delimitó los perfiles de la explotación de nuestro subsuelo, proponiendo saludables soluciones para la conformación de un laboreo más utilitario. La obra se titula:


COMENTARIOS A LAS ORDENANZAS DE MINAS DEDICADOS AL CATOLICO REY NUESTRO SEÑOR, DON CARLOS III (QUE DIOS GUARDE) SIEMPRE MAGNANIMO, SIEMPRE FELIZ, SIEMPRE AUGUSTO.


POR DON FRANCISCO XAVIER DE GAMBOA, Colegial del Real, y más antiguo de San Ildefonso de México, Abogado de la Real Cancillería de aquella Ciudad, y de presos del Santo Oficio de la Inquisición, su consultor por la Suprema, y Diputado del Consulado y Comercio de la Nueva-España en la Corte de Madrid. Madrid 1761


Se delineaban, al fin, los cambios que harían florecer nuevamente a la decaída industria minera en México, como acontecía en toda la América.


Que la Corte madrileña necesitaba de una nueva bonanza en sus colonias se concibe fácilmente. y para tener un cuadro efectivo de lo que sucedía en México, y comprender las realidades mexicanas a través de ojos y mentes europeas, Carlos III ordenó que pasara a este país el visitador Don José Gálvez, quien permaneció siete años recorriendo buena parte de la Nueva España (1765 a 1772), sobre todo Sinaloa, Sonora y California; estancia fecunda durante la cual, además de transmitir vitales conocimientos al rey, hizo contactos humanos que redundaron en ventajas y beneficios inmediatos para el gremio minero.


Uno de los acompañantes de Gálvez en sus viajes e inquirimientos fue el connotado e ilustre matemático Joaquín Velázquez Cárdenas de León, catedrático de la Real y Pontificia Universidad de México, y uno de los más distinguidos ingenieros de su época. Criollo por su origen, y por ello con un nítido sentido nacionalista, Velázquez representaba al tipo neohispano de inteligencia sobresaliente y de enorme capacidad de trabajo. Ligado por sus relaciones y preparación al problema de la minería, por méritos propios quedó al frente del gremio minero, y en unión de otro distinguido conocedor de estas cuestiones, el español Juan Lucas de Lassaga, recogió críticas y quejas, experiencias y reclamos de todas las regiones del país. A través de profusa correspondencia con diversas personalidades peninsulares, entre ellas el propio Gálvez, ya reintegrado a la Corte, conformaron ambos una base cada vez más firme y completa para el logro de una solución integral.


Velázquez de León y Lassaga, enviaron poco más tarde al rey una proposición concreta en forma de maduras reflexiones, contenidas en la Representación cuya portada dice a la letra:


REPRESENTACION QUE A NOMBRE DE LA MINERIA DE ESTA NUEVA ESPAÑA HACEN AL REY NUESTRO SEÑOR


Los Apoderados de ella, D. Juan Lucas de Lassaga, Regidor de esta Nobilísima Ciudad, y Juez Contador de Menores, y Albaceazgos; y D. Joaquín Velázquez de León, Abogado de esta Real Audiencia, y Catedrático que ha sido de Matemáticas de esta Real Universidad. (Armas de España) Con licencia del Superior Gobierno Impresa en México por D. Felipe de Zúñiga y Ontiveros, calle de la Palma, año de 1774.


Motivo principal de esta Representación es la discusión del "Estado actual de la Minería Nueva España, y causas por qué no se halla en el que debiera", y consta de 78 apartados, así como de unas Notas añadidas por sus mismos autores.


La obra es de un valor excepcional y sirve de base directa a las Ordenanzas de Minería que aparecieron en 1783.